La tarde se acercaba a su fin y todo había sido mediocridad, con mucho frio y más aburrimiento, debido en gran parte a la mansedumbre y falta de casta de los novillos de Nazario Ibañez. Eso si, bien presentados, con dos ejemplares de gran trapío.
Pero llegó el último y se produjo el milagro. Un novillo que repitió las embestidas con emoción y un novillero, Javier Cortés, que le plantó cara, le pudo y le toreó arrastrando la muleta por el piso. Hubo muletazos muy buenos, largos y rematando siempre por debajo de la pala del pitón, como debe ser. Fue un trasteo que siempre fue a más y que acabó con la gente en pie, aplaudiendo la gran labor del joven espada. Lástima de espada, que le privó de un gran triunfo. Pese a ello, su labor queda ahí y se ha ganado que lo veamos mas veces en este coso (en San Isidro, por supuesto).
Con su anterior, estuvo firme y valiente ante un ejemplar deslucido y con cierto peligro.
Mario Aguilar, volvió a mostrar que es un torero valiente y con ciertas maneras, pero le pierde su gusto por las cercanías y los arrimones.
Román Perez, no merece comentario alguno. Vulgar, vulgar y mas vulgar.....
Nota: en la foto, un muletazo de Javier Cortés al sexto de la tarde. Publicada en www.las-ventas.com
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