Ayer domingo, asistí con ilusión a la novillada santacolomeña de Bucaré. Salí bastante decepcionado. Es verdad, que hubo tres novillos con posibilidades, pero no como esperaba ver. Fueron muy nobles y un punto sosos, les faltó casta y picante habitual en este encaste. El resto fue muy deslucido y bastante flojo.
No hubo ese novillo esperado, el que apretara en varas y se comiera la muleta de su matador.
Tampoco los novilleros contribuyeron nada al espectáculo. Javier Bernal y, especialmente, Andrés Gonzalez, estuvieron por debajo de sus oponentes. Mientras, Santiago Naranjo, con el peor lote, se mostró voluntarioso pero bastante vulgar.
Otra vez será. Ahora comienza el maratón de festejos que nos ha preparado la empresa.
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