viernes, 4 de abril de 2008

¡ESTA ES LA FIESTA!


Todavía me dura la emoción por lo vivido, en la tarde de ayer, en Sevilla. Esa es la fiesta, la verdadera, la que nos gusta y emociona, por la que merecen la pena tantas cosas.

Una corrida de toros muy seria y encastada y tres toreros que lo dieron todo, cada uno a su manera.

Para empezar, la corrida de Victorino estuvo magníficamente presentada. Fue dura, encastada y variada. Una auténtica corrida de toros. Hubo tres especialmente buenos. El tercero, noble y con un gran pitón izquierdo. El cuarto, muy encastado y bravo. El quinto, bravo, encastado y con un pitón izquierdo de cortijo. Le dieron la vuelta al ruedo entre protestas. A mi, el toro me encantó y el único defecto que le puedo sacar es que era algo tardo en sus arrancadas, pero cuando lo hacía era un espectáculo. Del resto, los dos primeros cumplieron y tuvieron posibilidades y, el sexto, fue el garbanzo negro, por flojo y peligroso. Mi enhorabuena al ganadero que, al final, por unas cosas o por otras, siempre nos saca del sopor y nos hace reencontrarnos con la emoción, algo tan difícil de sentir en estos tiempos.

Abría cartel Pepín Liria, que hacía su último paseillo en Sevilla. Torero honrado donde los haya, merece el mayor de los respetos, pues se lo ha ganado a ley durante los quince años de alternativa. Si con el primero no estuvo bien, pues no terminó de acoplarse con el astado, en el cuarto se jugó la vida de verdad. Fue prendido de forma espeluznante en la puerta de chiqueros al ir a recibirlo a portagayola. Sin mirarse, cogió el capote y se fue hasta los medios lanceando al toro. La emoción fue máxima. Con la muleta, lo dio todo. Es verdad, según mi opinión, que no siempre pudo con el toro. Pero, ¿cuantos habrían podido? Intento ligar los muletazos con distinta fortuna y, en uno de ellos, fue cogido de forma muy fea. Su subalterno le hizo el quite tirandose a la cara del toro para sujetarlo cual forcado. De nuevo, volvió a levantarse para torear al natural de forma templada y se salió a los medios, donde recetó una buena estocada. La muerte del toro fue bellísima. Con la boca cerrada, en el mismo centro del ruedo y tragándose la sangre. Puso a la plaza en pie. Le concedieron una oreja con fortísima petición de la segunda.

La mejor faena la realizó El Cid, al tercero de la tarde. Lo lidió perfecto y pronto se vio que el pitón bueno era el izquierdo. El comiezo de faena fue precioso, con un muletazo por bajo y una trinchera de cartel de toros. Se echó la muleta a la izquierda y empezaron a brotar los muletazos largos y templados. Con una suavidad exquisita y por abajo. Es dificil torear mejor. No se me olvidará un trincherazo, maravilloso, con el que cerró una de las tandas. Bajó algo la faena por el pitón derecho. Tenía el triunfo en su mano, pero pinchó varias veces y se le escapó.

En el sexto, sacó muletazos por el lado izquierdo impensables al comienzo de faena.

El otro toro de triunfo grande le correspondió a Antonio Ferrera. No lo aprovechó. Estuvo muy dispuesto, lució al toro en el caballo (el animal empujó aunque le faltó arrancarse de largo) y en banderillas, se la jugó de verdad. Fue un tercio de gran emoción. En los dos últimos pares citó a dos metros del toro, clavando en la cara y saliendo, como es lógico, con muchos apuros. Con la muleta, estuvo por debajo. A mi juicio, se equivocó en torearlo de la raya para adentro. Un toro bravo hay que llevarselo a los medios. Aún así, el animal, por el pitón izquierdo era excepcional. Ferrera toreó siempre con la postura muy forzada, demasiado retorcido. Consiguió algún muletazo bueno, bajando mucho la mano, pero la sensación era que había ganado el toro.

Así resultó un festejo de los que hacen afición y en el que nadie se aburrió. Hubo mucha emoción, toreo del bueno, épica, y todo eso no es posible sin un toro serio, duro y con casta, como los que lidió Victorino Martín ayer en Sevilla.

¡ESTA ES LA FIESTA!


Pd: foto del toro Melonito, lidiado en quinto lugar y premiado con la vuelta al ruedo. Tomada de la página web de Victorino.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy contigo, esto es lo que hace la afición a ver en el ruedo TORO, y torero. Agradezco mucho que Pepin nos dejase ver la muerte del cuarto, alejando a los subalternos que querían marear al animal.

De lo que vimos ayer tenían que estar todos los blogs llenos hoy y no de la ausencia o no de una persona en una plaza.

Anónimo dijo...

Pepin... pá habernos matao....