Llegó el día del glamour, el día en que Cayetano confirmó la alternativa, el día de la Beneficencia y sin haber pisado este ruedo de novillero. Mal precedente. La gente, en contra de lo que se podría pensar, lo esperó, le animó y estuvo volcada con él. Dió igual que la corridita estuviese elegida a modo, muy cómoda y de escaso trapío. Que injusto es este mundo. El trabajo que les cuesta a algunos abrirse paso en esta profesión, lo duro que se lo ponen y, aún cuando están arriba, en cuanto pueden, les quitan méritos. En cambio, otros sin hacer nada, se encuentran ya todo hecho, encima con toda la gente a su favor para, por si no lo tiene fácil, ponérselo un poco más. Los hay a quines se les protesta, tras jugarse la vida de verdad, se les cuestiona y no se les valora (vease el ejemplo de Bolivar con los Palha). Por contra ayer, con el medio toro, exponiendo lo mínimo, parece que se reinventó el toreo y todos lo aclamaban. Ni una censura. Me da rabia. Debería ser al contrario. Ya me gustaría a mi ver a Cayetano con los Palhas o con el sexto victorino. Ayer, hasta prepararon un sobrero de lujo, por si era necesario, y, que casualidad, fue a parar a manos de Cayetano. Dicen las malas lenguas que el toro, había sido rechazado en la feria. Pero da igual. Vamos a seguir jaleando y proclamando a estos toreros de pasarela, que hacen barbaridades por esas plazas de Dios, que no respetan al toro y que son los niños mimados del escalafón.
Para mi, no estuvo ni bien ni mal.
Que conste, que reconozco cierto gusto y clase a la hora de torear. Pero no es menos cierto, que el primer toro le desbordó por completo. No pudo con un torito de cierta casta. Le veo como un torero sin técnica alguna, que no baja la mano y no torea al natural. Con la espada si estuvo bien. Con el sexto, el bombón de Victoriano del Rio, de gran nobleza, estuvo muy irregular. Comenzó bien, pero luego se perdió en muletazos insulsos, fuera de cacho y toreando bastante despegado. Por la izquierda, ni uno. Remontó al final, con una tanda por el lado derecho de más ajuste y ligando los muletazos. La gente estaba tan abducida que, si acierta con la espada, en el primer intento, le dan los dos trofeos. Se llevó uno y se fue aclamado.
Antes, había replicado por gaoneras enlazadas con una larga, que fue lo mejor, el quite de Morante.
Lo dicho, ni bien ni mal.
Lo mejor, sin duda, corrió a cargo de Morante con el capote. Primero, las verónicas de recibo al cuarto, ganando terreno y rematadas con una bonita media. Luego, un precioso galleo para poner al toro en suerte. Para terminar, el clamor. Un precioso quite por verónicas, dificil de contar. Puro arte. Remató con una media verónica de cartel de toros. Por si no había habido suficiente, remató su actuación con un quite por chicuelinas en el sexto, muy personales, de mano muy baja y de gran sabor.
Con la muleta, al segundo no lo quiso ni ver. En el cuarto, al que cortó la oreja, empezó con preciosos ayudados por alto, pero luego todo se diluyó. A mi no me convenció. Algún muletazo suelto más y para de contar. Se equivocó de terrenos y de distancia.
Manzanares, el otro niño mimado, ha pasado por Madrid sin que le hayamos visto. Ha lidiado cuatro inválidos. Dos en la tarde de hoy, ante los que ha hecho la labor de enfermero. Se atrevió a ponerse bonito con semejante ruina.
La corrida de Cuvillo, a modo. A mi, no me gustó. Sólo puedo salvar al primero, que resultó encastadito. El resto, salvo segundo y quinto, mal presentados, muy flojos y bajos de casta. El cuarto resultó noble. Se simuló la suerte de varas en casi todos ellos.
Hoy nos espera el galáctico. Esperemos que no se hayan olvidado del actor principal, el toro.
Pd: media de Morante al cuarto toro. Publicada en www.las-ventas.com
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