lunes, 20 de abril de 2009

SOBRE LA CORRIDA CONCURSO


No resultó lo brillante que cabía esperar la corrida concurso de ganaderías de ayer en Madrid.

En gran medida, fue gracias a unos hombre de luces (tanto los de oro como los de plata), incapaces de estar a la altura que requería el compromiso. Las lidias de los toros fueron muy malas, se picó fatal, no se colocó a los animales en suerte como debe hacerse en una corrida de estas características y los matadores no fueron capaces de dar la talla.

En cuanto a los toros, lo mas interesante fue el toro de Cuadri y el de Adolfo.

El primero, un toro de gran trapío, que no nos dejaron verlo. Tras ver su presencia y como embistió a los capotes, cundió el pánico y estuvieron todos desbordados. Apretó en el primer puyazo, lo colocaron al relance en el segundo y lo pusieron en corto en el tercero, sin que pudieramos ver su condición en varas. Llegó a la muleta, tras una mala lidia en banderillas, complicado pero con opciones por el lado izquierdo, donde humillaba y se desplazaba con emoción. Era un toro para apostar, de cara o cruz, pero Sergio Martinez, completamente ausente toda la tarde no tuvo el valor de arriesgar.

El quinto toro, de Adolfo Martín, fue el premiado al finalizar el festejo. Un toro bajo, de bonitas hechuras, aunque más terciado, que tomó muy bien el capote en el primer tercio. En el caballo, recibió seis puyazos, de forma algo desigual. En los primero acudió al trote y pensandoselo un poco antes de entrar al peto. En el cuarto, ya se arrancó con mas alegría y cumplio. En el quinto y sexto, se arrancó de forma espectacular pero una vez en el peto, repuchó. El toro llegó al último tercio con nobleza pero algo apagado. Se vino abajo, en parte también por el castigo recibido. Su matador, Jesús Millán no se acopló con el ni le dio la distancia adecuada.


En el resto hubo un poco de todo. El de Fraile, bien presentado, cumplió en varas y resultó complicado en la muleta. Le faltó mayor acometividad. El de Moreno Silva, fue un galán. Recibió una gran ovación de salida, pero luego resultó muy flojo y deslucido. El de Escolar, bien presentado, no se empleó en el caballo y resultó noble pero muy soso en la muleta. Grande y algo basto fue el de Pablo Mayoral. Fue un toro manso, que se hizo el amo del ruedo e hizo cundir el pánico entre la cuadrilla y el matador. Resultó peligroso en la muleta.


En cuanto a los premios, uno los habría dejado todos desiertos. No me pareció que nadie hiciera tantos méritos como para llevarse dichos galardones, en especial el del mejor picador. Se picó fatal toda la tarde, ninguno toreo a caballo y Alventus (el premiado), que picó al toro de Adolfo, de los cinco puyazos que dio, sólo uno cayó en el sitio. En cuanto al toro, si había que darlo no hay discusión. Pero creo que no fue tan completo para conseguirlo. Tuvo muchas virtudes, pero también defectos que hacen dudar de su bravura.


En definitiva, una tarde nada brillante pero entretenida. Ahora bien, si quieres hacer una corrida concurso, no puedes escoger una terna como la elegida. Se necesitan buenos profesionales en el ruedo, capaces de dirigir una lidia y con conocimientos en este tipo de festejos. Tampoco puede presidir una corrida como esta Trinidad, uno de los presidentes con menos afición que ha pisado el palco.

Como anécdota, señalar la gran bronca que se llevó Ballesteros al entregar el premio al mejor peón de brega.

En la foto, el toro Comadrón, de Adolfo Martín, premiado en la tarde de ayer. Publicada en www.las-ventas.com


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