Corrida de Alcurrucén, bien presentada y mansa. Destacaron el primero, encastado y, especialmente, el segundo, muy encastado, noble y repetidor. El resto de la corrida se vino a menos. Tercero, soso; cuarto, reservón; quinto, noble y manejable; sexto, sin humillar y de corto recorrido.
Castella, cortó una orejita de un animal de puerta grande. Para pegar un puñetazo en la mesa y poner a todo el escalafón en fila. Pero no fue así. Perdió la oportunidad y se conformó con una faena aseada, muy por debajo del toro. Daba gusto ver embestir al animal, siempre por abajo, con recorrido y con la emoción que da la casta. Con un pitón izquierdo de categoría. Tuvo además un gran fondo, pues aguantó una faena muy larga. Lástima que saliera suelto del caballo.
Con su otro enemigo, reservón al que había que provocar mucho la embestida, no se puso en el sitio ni una vez.
Confirmó Joselito Adame, quien se mostró firme y con buena disposición. Tras un buen comienzo toreando al natural con la mano derecha, se vino a menos y no llegó a acoplarse con el encastado primero. Se pegó el arrimón en al sexto.
De puntillas pasó un Perera totalmente desangelado, que no es ni la sombra del torero arrollador que fue hace unos años. Pegó un sainete con la espada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario