Entretenida resultó la novillada de ayer en Las Ventas. Un encierro de Zaballos, manso, de comportamiento cambiante durante su lidia, incierto y complicado. Fue una novillada de las antiguas, diferente a lo que se suele ver hoy en día. Hubo muchas cogidas, una de ellas con cornada en el muslo al peón Vicente Pinazo, sustos, banderillas negras para dos novillos y lidias en las que había que buscar los recursos apropiados para cada momento. Los pupilos de Miguel Zaballos, inciertos ellos, embestían cada vez de una forma, con arreones inesperados incluidos. En la muleta, no resultaron fáciles. El quinto fue el más noble y colaborador con el torero. Al resto había que buscarles las vueltas y estar muy firmes.
Como he dicho antes, hubo dos ejemplares condenados a banderillas negras, cosa que no se veía por esta plaza desde el año 96, si no recuerdo mal. El primero de ellos, fue un sobrero de El Pizarral. En mi opinión, el castigo fue exagerado. Acudía al caballo aunque, luego, salía como alma que lleva el diablo. Se le dieron siete u ocho picotazos y se le podía haber picado utilizando otros recursos. Resultó imposible, por peligroso, en la muleta. El otro ejemplar que sufrió ese castigo fue el sexto, este sí, del hierro titular. En esta ocasión, la decisión fue más acorde. El astado no quería caballo en ningún sitio. Resultó emocionante toda su lidia, pues era un novillo para apostar.
De los de luces, el protagonista de la tarde fue David Adalid. Se desmonteró en dos ocasiones tras parear al cuarto y sexto, los dos novillos de las banderillas negras. Si en el primero estuvo muy bien, colocando dos grandes pares, su actuación en el sexto fue superior. Llegó el ejemplar con muchos pies al segundo tercio, tras no ser castigado en varas. Tras un primer par de mucha emoción, por el arreón del astado, colocó un segundo espectacular. El novillo, plantado en el centro del ruedo, pidiendo pelea, y David en el tercio. Citó, se arrancó hacia él, le ganó la cara y colocó un par en todo lo alto. Puso la plaza en pie.
Los novilleros se conformaron con salir a pie. En muchas ocasiones, superados por las complicaciones de sus enemigos. Estuvieron, al menos, dignos. El mejor parado fue Javier Bernal, más placeado que sus compañeros. Dio una vuelta al ruedo en el quinto, tras una labor en la que destacaron algunos naturales. Emborronó todo con un feo espadazo. Los tres se llevaron su correspondiente voltereta.
Así vivimos una tarde distinta a las habituales. Al menos, casi siempre hubo emoción y riesgo en el ruedo. Si por mi fuera, el año que viene repetiría.
Más opiniones sobre el festejo en el blog de Manon
Nota: foto del sexto novillo de la tarde publicada en las-ventas.com.
2 comentarios:
Corrida a la antigua, sí señor.... vaya corridita de sobresaltos.
Sabemos algo de la evolución de Chechu y del subalterno herido ayer?
Diferente a la mayoría de los festejos al uso. Los novillos planteando problemas, incertidumbre y mucho interés. Los novilleros, como dice Luiji, dignos, al igual que las cuadrillas (grandioso Adalid).
La mansedumbre, con un mínimo de casta, siempre es de interés para el aficionado.
Publicar un comentario