Parece que la feria ha entrado en un agujero al que no se ve la salida. Otra tarde más, aburrimiento, aburrimiento y mas aburrimiento.
¿De quien es la culpa? De todos. La empresa, por contratar esa ganadería y a esos toreros. El ganadero, por criar animales que poco se parecen a un toro de lidia. Los toreros, por ser tan malos, tan vulgares y tan conformistas. Los únicos que no tenemos la culpa somos los aficionados que, día tras día, acudimos pacientemente a semejantes espectáculos.
La corrida de Salvador Domeq, no hay por donde cogerla. Muy desigual de presentación, con toros feos y mal hechos, descastada e inválida. Sólo salvo de la quema al primer ejemplar. Fue el único que resultó ser un toro de lidia. Muy manso, pero duro y de gran poder. Fue un espejismo, pues luego tuvimos que soportar un desfile de inválidos, sin casta ni emoción. El sobrero de Guadalest, fue igual o peor. Por su parte, el de Navlrosal, resultó manso, pero se movió, humilló y ofreció posibilidades a su matador.
De los toreros mejor ni hablar. Ya dije en su día, que anunciar a toreros así dos tardes me parecía una barbaridad y ha quedado demostrado. Son malos, vulgares, conformistas y pegapases del montón. Pero da igual. el año que viene estarán aquí otra vez.
Iván Vicente, tuvo un lote para haber hecho un esfuerzo y triunfar en Madrid. Con su primero, no estuvo dispuesto a arriesgar lo que el toro exigía. Con el cuarto, sobrero de Navalrosal, perdió una buena oportunidad. Se perdió entre muletazos sin calidad ninguna.
Gallo, está perdido para la causa. No fue capaz ni de torear al borrego que hizo tercero.
A Cesar Jimenez, ni se le esperaba ni se le vio en toda la tarde.
Pd: el picador de la foto, inventó una nueva suerte, la minipuya. A lo mejor, así aciertan y pican en lo alto. Publicada, como siempre, en www.las-ventas.com
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